martes, 10 de septiembre de 2013

NO PODER IR NI CON LAS RUEDAS

     No puedo más. Lo he intentado de todas las maneras, pero no hay quien se entienda con esta gente. Los he hecho todos, yo, de esfuerzos. Pero, para decirlo sin embutidos, desde que he llegado a este país, tengo la sensación de que me están tomando el número. Hable con quien hable, parecen todos tocados del ala. No me lo acabo. Es como si no me sintieran hablar. Y eso que intento hacer los ojos grandes, pero esta incomprensión me duele más que un ojo de pollo. Y no es que pretenda que vayan todo el día haciéndome besos, sólo faltaba, pero lo cierto es que no resulta agradable que la gente que te rodea te mire como si no te entendieran ni un copo. Y eso que yo me presto a todo, que estoy siempre dispuesta a hacer todos los papeles del auca. Pero no hay nada que hacer. He pensado muchísimo todo ésto, y no he conseguido sacar el agua clara. De golpe y vuelta, me he cansado de ver a la gente hacer mudos y a la jaula cada vez que me dirijo a ellos. De modo que, después de abatir las cartas una y otra vez, he decidido tocar el dos a pie de gato. Ya pueden hacer el mejillón, que yo me iré por donde vine, sin decirle a nadie ni asno ni bestia. Al cabo y a la fin, soy una persona sensible, y hace demasiado tiempo que, por culpa de todo este asunto, no puedo dormir como el yeso, tanto como me gusta. No hago más que pensar con este problema. Pero bueno, como dicen los refranes, tal harás, tal encontrarás, y también, tal día hará un año. Ésto se acabó. Y he aquí un gato y he aquí un perros y he aquí que el cuento ya se ha fundido.


DIAGNÓSTICO:

Barbarismo: falta cometida al adaptar a una lengua palabras o expresiones de otro idioma. 




*Texto de Flavia Company (nacida en Argentina, exiliada en Catalunya)

domingo, 18 de agosto de 2013

DOMINGUEANDO

    Como todo buen domingo -ésta es una de mis rutinas más queridas-, desayuné unos ricos mates leyendo el diario y algún cuento (hoy pintó un poco de Galeano). Además, le sumé un regalito: una preciosa amiga argentina me envió una lista de reproducción armada para mi, pensada por ella. Un mimo al corazón. Un abrazo a la distancia.
   Y mientras suena el gran clásico folcklorero Guanuqueando interpretado por Divididos, leo y sonrío. Sonrío porque me encanta éste cuento. Sonrío porque me hace pensar en lo que se viene. Sonrío porque desde el viernes que vivo una nueva cuenta regresiva para otra locura. Y lo más lindo es que es de a dos.


Sonrío. Y que fluya.



La canción de nosotros - Eduardo Galeano

- Tengo frío.
- Ponete así. Me gusta tenerte así. 
- La pierna. Acá. Así.
- ¿Estás bien?
- ¿Y vos?
- Muy.
- Ah.
- ¿De qué te reís?
- Para mí, fue una sorpresa. Quiero decir: después. Me parecía increíble que el mundo no hubiera cambiado. Me miré al espejo y yo tampoco había cambiado y me mordía los labios. Quise estudiar y no pude. Quise estar con mis amigas y no pude. Quise escribir cartas, quise trabajar. Quise dormir y tampoco pude.
- ¿De eso te reís?
- No me bañé. Tenía tu olor en todo el cuerpo.
- ¿De eso?
- No, no. Después te digo.
- Ahora.
- No, después.
- No me interesa.
- Entonces te lo digo. Lo bien que me caés. Eso.
- ¿Eso? ¿Y entonces yo?
- ¿Qué?
- Mucho más que eso. Con vos no siento miedo de nada.
- Mirá que no soy una santa. Me como las uñas. Te advierto.
- El miedo es una porquería.
- Y si. Pero, ¿quién no siente miedo?
- ¿Vos sentís?
- No tirés ahí la....no seas chancho.
- ¿Miedo de qué? ¿De que estemos así, como estamos?
- No sé. O sí sé. Siento, como cualquiera.
- Pero juntos, no. Juntos estamos a salvo. Al miedo lo ponemos bajo la suela del zapato y crash: lo aplastamos como a una porquería.
- Oigamé, Pirata. Prometamé, Pirata.
- La escucho. Prometo.
- ¿En serio?
- Si.
- Nunca vamos a dejar que esto se pudra. ¿Eh? No vamos a permitir nunca que esto se pudra.
- ¿Nada más que eso? Es fácil.
- No.
- ¿No qué?
- No es nada fácil.
- Si usted lo dice.
- Y que nunca nos vamos a lastimar. ¿Nos prometemos eso? Es peligroso.
- ¿Dejar el cuero en el alambrado?
- Algo así. Puede ser.
- Tanta alegría. Es un regalo. ¿Porqué nos vamos a joder? No me gusta que te pongas solemne.
- ¿Qué hora es? Uy, hace dieciocho horas que estamos por levantarnos. 
- Nos vamso a enfermar.
- Tendríamos que levantarnos.
- Nos vamos a evaporar.
- ¿No íbamos a ir al cine?
- ¿Cuándo fue eso? ¿Ayer? ¿Anteayer?
- ¿No íbamos a bajar a comer?
- Si. Tendríamos que levantarnos.
- Esto es mejor que Buster Keaton.
- Esto es mejor que todo.
- No hay nada que...
- Ponete así. Así. Me gusta dormir así.
- Vas a dormir.
- No, zonzo. Quiero que te quedes. Quedate. Quiero.
- Yo también quiero. Cuando era chico, me alcanzaba con querer una cosa con muchas ganas, para que ocurriera. Cerraba los ojos, pensaba con todas mis fuerzas en eso que quería y zácale: ocurría.
- Cuando yo era chica, lo que quería era un telescopio.
- ¿Uno de esos grandes, que usan los astrónomos?
- Uno enorme. Yo lo había visto en el museo. Como no tenía telescopio, siempre me parecía que se había escapado alguna estrella.
- ¿Y eso te importaba?
- Vivía deseando que se viniera la guerra. Una guerra bien grande, para mezclarme con los japoneses y robarme el telescopio. Alguien iba a romper los vidrios a patadas y yo iba a aprovechar y me iba a escapar corriendo con el telescopio entre los brazos. Pero solita no me animaba.
- Hubieras probado.
- ¿Y vos?
- ¿Yo? Yo era católico, cuando chico.
- ¿Cómo es creer en Dios Mariano? Nunca creí.
- Como creer en la revolución, me imagino. Te da la misma alegría y la misma sensación de no estar solo. Cuando era chico, yo no sentía miedo nunca. Pero un buen día...no, nada.
- Me gusta escucharte.
- Nada.
- Andá, no seas malo.
- Dame un cigarrillo.
- Esperá, no apagues.
- Quiero decir que un bien día lo buscás y no está. Quiero decir: perdés a Dios como se pierde una cosa. Algo que se cae del bolsillo. Como se pierde un encendedor, así.
- Para mi, Dios era un señor de barba que metía miedo a los demás.
- Para mi no.
- Ya veo.
- Era mucho más que eso, para mí. Todavía no sé con qué se rellena ese agujero.
- Ahora es usted el que se puso solemne, Pirata.
- Puede ser, perdona.
- Pero...Mariano. Estás triste. Te vino la tristeza.
- No.
- ¿No qué?
- No estoy triste.
- Si estás.
- Si, estoy.
- No hay que hablar tanto.
- No.
- Uno no debería.
- Se arruina todo por culpa de las palabras.
- Si.
- Mirá.
- ¿Qué?
- Los pájaros, en la ventana.
- Hace rato que vienen pasando.
- Se va a venir tormenta, me parece, y nos vamos a mojar.
- Si. Al irnos, nos vamos a mojar.

viernes, 19 de julio de 2013

ABRIR(SE)

"No basta abrir la ventana
para ver los campos y el río.
No es suficiente no ser ciego
para ver los árboles y las flores.
Tambien es necesario no tener ninguna filosofía.
Con filosofía no hay árboles: apenas hay ideas.
Sólo cada uno de nosotros, como una cueva
Sólo una ventana cerrada, y todo el mundo allá afuera
y un sueño de lo que se podría ver si la ventana se abriese,
que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana."

Alberto Caeiro 



sábado, 6 de julio de 2013

BARCELONEANDO


     No tengo dudas: la mejor forma de conocer una ciudad es caminarla, perderse y dejarse llevar. Guardar el mapa, dejar la guía del turista, seguir el instinto y caminar tras lo que nos llame la atención. Si algo estoy disfrutando de vivir este viaje, no es "ir al monumento" -si, hace 4 meses que vivo en Barcelona y no conozco el Parq Güell-, sino caminar. Caminar y observar. Al final, disfruto mas de lo que está en el camino en sí, que de esos lugares "que no podemos dejar de visitar".
    
    Creo que una de las razones por las que Barcelona me enamoró tanto es que si bien es una ciudad grande, un espacio urbano "ordenado", aún sigue manteniendo ese "desorden" típico de las ciudades con vida al aire libre. Si, ya sé, es difícil de entender si no lo ven. Les propongo algo: escuchen ésta canción y disfruten: 


Plaza España


 Carrer del Clot - Casco Antiguo  

Carrer del Mar  - Puerto Maremagnum 


Carrer del Mar - Centro Comercial Maremagnum

Maremagnum Port Vell

Plaça Reial

Calles de la Barceloneta

Balcones del Born

Atardecer 



viernes, 28 de junio de 2013

YENDO

     Una vez me dijiste algo así: "la lluvia no es mala ni perjudicial, mojarnos no es molesto ni dañino y la ropa ni se achica ni se rompe. Pero igual le tenemos tanto miedo a la lluvia". Estabas hablando de nosotros, yo me di cuenta, pero preferí hacerme la tonta. 
   Y hoy, que ya pasó más de un año y varias lluvias, entiendo que debí haberte dado la razón. Claro, después de tanto tiempo siempre es fácil pensar. Desde esa lluvia hasta el cálido sol de hoy pasó mucho tiempo y tantas otras cobardías. No sé que pasó. De repente dejamos de ir a donde íbamos, dejamos de abrazarnos para dormir, dejamos de soñar con nuestra casita con huerta, dejamos de reírnos y dejamos de hablar sobre la lluvia.
    No sé que hacer. Te soy sincera. Pero ya sabés, escribir me ayuda a pensar. Y sentarme a escribirte y a pensarte y a extrañarte me ayuda a acordarme de porqué espero verte cada tarde y de porqué te elijo cada noche. 
    Es lindo acordarse, porque en el recuerdo está la respuesta. Vos sabés bien que le tengo miedo al olvido, a la rutina, al conformismo, a "lo normal", a la lluvia y a las palomas. Esto último no importa, pero lo otro sí, el olvido sobre todo. El olvido es cruel, porque entre otras cosas no existe. Yo sé que de vos no me olvido más.
   ¿Sabés qué? Yo te elijo. Y me quedo, no viajo. Pero no me quedo por vos, me quedo por nosotros. Me quedo por lo que todavía nos falta. Me quedo porque dormir abrazados vale la pena aunque haga calor. Porque podemos tener esa casita. Porque te amo a vos. Me quedo porque el olvido no existe, porque hay rutinas divinas, porque el conformismo es para mediocres y porque lo normal es para amores normales. Todavía no solucioné lo de las palomas, ya sé, pero si querés podemos adoptar uno pajarito chiquito para esa casa, y capaz que le tomo cariño. Y con él a todas las aves. Y con vos al mundo. Y con el mundo a vos, que sos la ley de gravedad de todo lo que me pasa.



   Eso era más o menos lo que tenía pensado decirte o escribirte esos últimos días de noviembre. Pero no tuve tiempo. No me diste tiempo.
   Así que viajé. Pero como dicen los chicos de Un Señor Mayor - Yendo, si es que te pienso, es porque te quería al lado.


lunes, 24 de junio de 2013

BARCA - FELICES 3 MESES

   Me hablaron tanto de ésta ciudad. "Flora te va a partir la cabeza". "Te va a encantar". La verdad es que vine sin muchas expectativas, pero sospechando en el fonde que ésta cita a ciegas podía funcionar. Y sí. Pasó. Me enamoré de Barcelona.
   Ok, convengamos que no he conocido demasiadas ciudades del mundo. Pero creo que encontré un lugar en el mundo que cumple con todos los requisitos de Ciudad.Ideal.Para.Flora. Y como estoy en estado de enamoramiento puro, probablemente sea muy poco objetiva y sienta que todo es perfecto. Que vá!
Desde que me bajé del avión y ví la ciudad por primera vez, sentí que había llegado a mi lugar.
   Barcelona, para mí, tiene todo: es grande pero abarcable, es una ciudad para caminar, tiene pocos edificios y muchas construcciones antiguas, tiene la huella inigualable de Gaudí, tiene barrios preciosos, tiene arte callejero, comida autóctona fantásticas, tiene mercados, música y plazas bellísimas. Que tenga mar también cuenta, no? La lista es larga, me quedo corta nombrando tan pocas cosas.

   ¿Será que a todos les pasa lo mismo cuando vienen? ¿Habré caído en este estado de enamoramiento ciego como tantos otros? ¿Seré una más? Es que realmente siento que quiero quedarme acá, no sé si "para siempre", pero por un tiempo.
   Pasó. Vine a Europa y me enamoré. Y resulta que de una ciudad. 

Viva la musica, viva la gente, tutta diversa, viva i cuori che battono più forte, viva la vita....viva la vita sempre! - Visca Barça!



martes, 18 de junio de 2013

15 PENSAMIENTOS DESDE EL BUS

1. Yo quiero meditar en movimiento, a mí las ideas me fluyen cuando mi cuerpo avanza.

2. Acaba de subir una chica con dos perritos en la cartera. Ja

3. Anoche no dormí nada, pero quiero mantenerme despierta para ver esta película que pasa por mi ventana.

4."Pero siempre hay un tren que desemboca en Madrid", me canta Sabina al oído. Siempre. Y en Barcelona también.

5. Me di cuenta que para mi soñar y viajar son cosas muy parecidas.

6. Mejor me saco los auriculares así puedo escuchar. Hoy voy a repetir el experimento de caminar por la calle con los ojos cerrados.

7. Menos mal que no me traje una botella de agua porque tengo ganas de hacer pis y falta como una hora.

8. Me causa gracia que el bus pare cada dos cuadras. En Buenos Aires es moneda corriente que se salteen las paradas, o te ven y no te frenan.

9. Sigo escribiendo para no dormirme y para que pase el tiempo.

10. Subirá seguido la chancha?

11. "Me da una preocupación el paraguas" (fragmento de la conversación de los señores del asiento de atrás)

12. ¿Hace cuánto estaré viajando? Siempre digo que voy a controlar el tiempo y me olvido.

13. Estoy antojada de comer torta y dormir hasta la tarde. O dormir y comer la tarta después. 

14. Messi. Éste flaco está por todas partes. Hoy: en la tapa de una revista, en el kiosco de revistas de la parada del bus.

15. En el libro que estoy leyendo me pide imaginarme a mi misma a los ochenta. Me veo con muchas canas y varios países recorridos, excepto uno: Argentina. Porque para hacerlo bien literario, voy a cerrar el círculo y terminar mi viaje en el mismo lugar que lo empecé.